
Toma conciencia de cada uno de estos aspectos que hay que tener en cuenta para aprender a escuchar de verdad:
- Sentirse interesado por la persona que se tiene delante y abrirse a ella. Nuestros gestos ya comunican si estamos dispuestos al diálogo o si va a ser una conversación de sordos. Es primordial una postura sin crispaciones, sin tener los brazos cruzados, y una expresión acogedora que invite a la confianza.
- Transmitir que tenemos tiempo para el otro, aunque sea escaso. ¡En pocos minutos se puede estar muy presente y hacerlo sentir!
- Adoptar una actitud receptiva. Eso implica estar atento a nuestras reacciones y opiniones, a los sesgos que tenemos y que van a modular nuestra comprensión. Debemos estar ahí para la otra persona; eso implica contener nuestras opiniones para poder escuchar el punto de vista del otro.
- No juzgar. Si la persona que habla se siente juzgada se distorsiona la comunicación y ella no se siente comprendida. Para mostrar empatía, podemos no estar de acuerdo, pero tenemos que hacer el esfuerzo de escuchar sin culpabilizar al otro. ¡Atención a los gestos, muecas y miradas!
- No dar consejos ni precipitarnos a resolver sus problemas. Muchas veces, cuando alguien se siente escuchado, va encontrando por sí mismo ideas que le ayudan. Otras veces, el mero hecho de expresar emociones o pensamientos ya ayuda a clarificarlos.
- Dar signos a la persona de que la comprendemos. De vez en cuando podemos asentir o reformular alguna frase o idea para mostrar nuestra empatía. Estar frente a alguien que no da ningún signo de comprensión puede resultar muy desagradable.
- Solo cuando la persona lo pida, expresar nuestro punto de vista de forma respetuosa, aceptando que la misma realidad se puede ver de maneras distintas y esto puede enriquecer las relaciones.
Comentarios
Publicar un comentario