Escucharse, cuidarse, atender las propias necesidades, expresar lo que se siente. Esta es la receta para atender bien a los demás, aunque te genere mala fama.
Gabriel García de Oro
El ego tiene muy mala fama y el egoísmo aún peor. Alguien egoísta es quien no tiene en cuenta a los demás, solo a él mismo. Pero eso no es del todo cierto. Porque hay una manera de ser egoísta a la vez que se tiene en cuenta a los otros y que, además, puede ser una gran fuente de crecimiento personal.
Primero, tú
Subamos a un avión. Seguro que la gran mayoría de nosotros se ha fijado en las normas de seguridad colocadas en la bolsa que hay delante de nuestro asiento. En ellas se nos explica que, en caso de despresurización de la cabina, saltarán las mascarillas de oxígeno y, si la cosa va a peor, incluso tendremos que ponernos el salvavidas.
Todas estas normas insisten en que primero debemos ponernos a salvo nosotros mismos. Luego, y solo luego, podremos ayudar. La norma es clara: lo primero es nuestra seguridad, después la de los demás.
¿Egoísmo? Sí, egoísmo que intenta mejorar las cosas partiendo de uno mismo y, así, tener un impacto positivo en los demás.
¿Por qué nos molesta tanto el egoísmo?
Todas estas normas insisten en que primero debemos ponernos a salvo nosotros mismos. Luego, y solo luego, podremos ayudar. La norma es clara: lo primero es nuestra seguridad, después la de los demás.
¿Egoísmo? Sí, egoísmo que intenta mejorar las cosas partiendo de uno mismo y, así, tener un impacto positivo en los demás.
¿Por qué nos molesta tanto el egoísmo?
El problema es que desde pequeños se nos enseña lo contrario. Primero ellos, luego yo. Y así, el egoísmo está muy mal visto, incluso en su definición en el diccionario: “Valoración excesiva de uno mismo”.
¿Puede una valoración ser excesiva? ¿Para quién? Claro, siempre para el otro. Es como la célebre frase de Jean Cocteau: “Un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estás muriendo de ganas de hablarle de ti”.
Debemos cambiar nuestra visión del egoísmo, entender que necesitamos ser más egoístas, lo que significa ser conscientes de nosotros mismos. Y atendernos bien. Atendernos, escucharnos, comprendernos y ver que el mundo empieza en nosotros.
¿Puede el egoísmo ser positivo para los demás?
¿Puede el egoísmo ser positivo para los demás?
Si nosotros no nos entendemos, nos cuidamos, nos respetamos y nos atendemos, será imposible hacer nada positivo para cualquier persona.
Hemos dicho que el mundo empieza en nosotros, pero ese mundo sigue en los demás. Esa es la gran diferencia. Debemos partir de nosotros e ir hacia los demás.
Hemos dicho que el mundo empieza en nosotros, pero ese mundo sigue en los demás. Esa es la gran diferencia. Debemos partir de nosotros e ir hacia los demás.

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